miércoles, 16 de octubre de 2019

TOC Religioso


La obsesión con miedos sobre pensamientos, ideas, imágenes o palabras indeseables repentinas en la mente es conocida en la psicología "TOC" (Trastorno Obsesivo Compulsivo), o bien, "OCD" (por sus siglas en inglés 'Obsessive Compulsive Disorder'). 

Ocurre cuando una persona tiene un gran miedo o ansiedad de tener o sufrir graves consecuencias o serios daños por hacer o por dejar de hacer ciertas cosas, según una creencia o idea muy personal. La persona que sufre de TOC a menudo decide hacer, consciente o inconscientemente, ciertos rituales o acciones con las que piensa que puede evitar, prevenir o contrarrestar el posible daño de las consecuencias a las que teme.

En el mundo, miles de millones de personas viven con miedos que son más que comunes en el mundo moderno: miedo a los insectos o animales, a enfermedades, a salir a la calle, a ser asaltados, a perder cosas, a estar solos, o el miedo mismo a la muerte. De acuerdo a un artículo de Newswire, se estima que un 84% de las personas tienen alguna especie de miedo, y muchos de ellos irracionales, aunque algunos con un grado de racionalidad, también. El problema es que muchas personas piensan obsesivamente en las consecuencias y la posibilidad de que ocurran los mismos mucho más de lo normal. 

Entre ese porcentaje, encontramos a las personas que sufren un grado o un tipo de TOC, que pueden hacer rituales inumerables y repetitivos para tratar de controlar la situación y prevenir la ocurrencia su miedo. Entre las obsesiones o cumpulsiones típicas del TOC se encuentran temores basados en ideas sobre la contaminación, la necesidad de comprobación o dudas patológicas, la necesidad de orden o simetría, las obsesiones agresivas o sexuales, obsesiones religiosas, obsesiones de limpieza o incluso obsesiones de repetición idealista.

Las obsesiones del TOC son pensamientos, impulsos o imágenes repetidos, persistentes e indeseados, que son invasivos y provocan angustia o ansiedad. Podrías intentar ignorarlos o deshacerte de ellos poniendo en práctica un ritual o comportamiento compulsivo, y aun así sentir que de repente te invaden cuando intentas activamente pensar o hacer otras cosas.

Algunos ejemplos de comportamientos comunes incluyen el lavarse las manos excesivamente hasta el grado de causarse daño en la piel, verificar varias veces que las puertas están con llave, verificar varias veces que la estufa está apagada, contar siguiendo determinados patrones, repetir en voz baja una plegaria, una palabra o una frase, ordenar las latas u objetos personales de modo que estén orientadas hacia el mismo lado o en una misma forma, y muchos otros. Estos comportamientos repetitivos o actos mentales tienen como fin prevenir o reducir la ansiedad relacionada con tus obsesiones o evitar que suceda algo malo. Sin embargo, involucrarse con las compulsiones no genera placer y puede aliviar la ansiedad solo temporalmente. Algunos personajes que se presume tenían OCD son el Dr. Samuel Johnson (1709–1784), Charles Darwin (1809–1882), Nikola Tesla (1856–1943), Howard Hughes (1905–1976) y Katharine Hepburn (1907–2003), entre muchos otros.

Dentro de las compulsiones, hay una clase especial conocida como TOC religioso, y esta ocurre cuando la persona tiene miedo de ser castigada irremediablemente por haber pecado o haberse equivocado de cierta manera, o cuando tiene miedo de ser culpable de pensamientos intrusos que vienen en contra de su propia voluntad. Cuando esto ocurre y la persona se queda absorta pensando en las graves posibilidades de lo mismo, puede sentir la sensación de que no puede dejar de pensar en ello por un periodo de tiempo, y si no encuentra la forma efectiva de responder ante ello, puede llegar a afectar sus actividades de la vida diaria, al punto de llegar a episodios de depresión, insomnio o falta de funcionalidad o de seguimiento a sus actividades cotidianas. 

En la historia, hay diversos religiosos prominentes que se sabe, por sus propios escritos donde los describieron, que sufrieron en algún momento de episodios de TOC religioso. John Bunyan, Martin Lutero, Charles Spurgeon, John Wesley y San Ignacio de Loyola son algunos de ellos. Incluso el pastor moderno John Piper, en su sermón "How Do I Respond to Blasphemous Thoughts?", admite que "todos nosotros los experimentamos: pensamientos blasfemos acerca de Dios en nuestras mentes". Si esto experimenta una persona creyente que busca seguir la voluntad de Dios y el bien moral, ¿cuántas cosas más horribles no pensarán involuntariamente aquellos que están lejos de él?

En el creyente que sufre de ello, los pensamientos malignos se hacen indeseablemente en su mente, como en la misma Biblia, el Apóstol Pablo declaró se hacían cosas en su carne en contra de su voluntad. "15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. 17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. 18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí... veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24 !!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? 25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado" (Romanos 7:7-25).

Parece muy probable que el apóstol Pablo explicara en este pasaje que pasaban por él cosas indeseables que ocurrían o se hacían en su mente carnal, y se oponían a lo que su mente espiritual y su voluntad del alma realmente buscaba.

El teólogo Martin Buber ilumina el tema. En su libro seminal, Dos tipos de fe, Buber comienza con esta proposición: “Hay dos, y solo dos, tipos de fe: la fe en el hecho de que confío en alguien. . . y la otra en el hecho de que reconozco que una cosa es cierta”. La fe religiosa, según Buber, siempre implica, básicamente, confiar en Dios o creer en una verdad revelada. Es el primer tipo de fe, se muestra en cada página del Antiguo Testamento, así como en la mayoría de los sermones de Jesús. Implica la confianza incondicional en un Dios que es personal, vital, amoroso y confiable.

Esto tiene una gran relevancia para los pacientes con TOC. Una de las cosas más desconcertantes acerca de ellos es su incapacidad para tranquilizarse acerca de sus miedos obsesivos. A las personas con obsesiones religiosas se les puede decir una y otra vez que Jesús murió por ellos y que la salvación les espera, pero aún tienen dudas agonizantes. Los obsesivos en generañ, de hecho, tienen grandes dificultades para creer en cualquier hecho que se oponga directamente a una de sus obsesiones. Los pacientes con TOC ni siquiera pueden tomar como un hecho lo que ven con sus propios ojos: pueden mirar directamente a un interruptor de luz, ver que está apagado y, sin embargo, temer que esté encendido. Los pacientes con TOC tienen dificultades para creer en los hechos; son escépticos. Sin embargo, son muy buenos para confiar en los demás. Es la confianza en la persona de Dios, en su poder y su misericordia, en lo que los pacientes de TOC deben confiar.

Por ejemplo, en el caso de una persona que se obsesiona con que se encienda un fuego en su estufa, el tipo correcto de fe es dejar la posibilidad de un incendio a Dios y pensar: si Dios quiere, por sus propias razones, querer que se inicie un incendio, entonces Él comenzará uno y me cuidará y me protegerá en medio de él. Si no quiere, no lo hará. El tipo de fe equivocado sería tener "fe" en que no se iniciará un incendio. Por poner otro ejemplo. Supongamos que una persona se obsesiona con haber perdido su salvación y la posibilidad de ir al infierno. El tipo correcto de fe en este caso sería dejar su destino eterno en las manos de Dios confiando en su persona y en que Él cumplirá su palabra.

El paciente con TOC está llamado a un tipo profundo de fe: confiar en el poder supremo y en la misericordia de la persona de Dios. Podemos sentirnos muy consolados por una esperanza segura de que Dios evitará que se haga realidad un temor obsesivo, una esperanza que se basa en nuestra confianza en la misericordia y el amor de Dios. 

Otra cosa que podemos hacer para renovar nuestra mente es internalizar y confesar los siguientes pensamientos delante de Dios, diciéndole que decidimos aceptar la verdad de Sus promesas y tener en la esperanza de hallar consuelo y liberación absoluta y total en el poder de Su persona:

1. Mi fe es lo que creo, no lo que siento. Mi seguridad radica en lo que Cristo hizo por mí, no en lo que ya haga por Él. 

2. Los hechos sobre Cristo y las verdades de sus promesas están por encima de mis sentimientos. Aunque mi mente aún debe de ser renovada e seguiré aprendiendo constantemente yendo de gloria en gloria, en mi espíritu soy una nueva criatura en Cristo: todo ha pasado y tengo una nueva voluntad de vivir por y para Él porque Él ha puesto su Espíritu y su palabra en mi ser. 

3. La fragilidad es parte de la valentía; porque la valentía no es la ausencia de debilidad, sino la decisión de seguir adelante sin importar la situación, confiando en que al tener mi vida en las manos de Dios, todo va a salir bien porque sus planes para mí son buenos y mejores que los míos propios.

4. La fe es la certeza de lo que se espera y la esperanza de lo que no se ve, pero incluso el desconocimiento es parte de la fe porque aunque me aferro a saber que buenas cosas vendrán de parte de Dios, el Padre de las luces, y aunque me aferro a la promesa de que así será, no sé todos los detalles sobre la forma en que ocurrirá, ni el momento ni la forma en que todo ocurrirá, y eso está bien, porque es una sorpresa que Dios tiene para mí. El Señor Jesús sabe que tenemos fe aunque haya poca o mucha incertidumbre en la vida, porque el responde a la oración, "Señor, creo, ayuda mi incredulidad" (Marcos 9:24). Los caminos de Dios son misteriosos. Sé cuál es el final de la historia aunque al mismo tiempo me son inciertas las cosas específicas que ocurrirán para que se llegue a ese descenlace, y aún así puedo descansar en Él porque sé que su yugo es fácil y ligera su carga, y puedo echar la red en su nombre y Él me hará prosperar y salir adelante confiando en Él.

5. No tienes que ver toda la escalera para subir; sólo da el primer paso con fe de donde irás, y Dios te llevará. 

6. Dios te ama completamente, aunque tus sentimientos no sean muy claros o estén nublados de preguntas o de dudas. Sé que un día con Él es mejor que mil fuera de él, y que mi "peor" día junto a Él será siempre mejor que mi "mejor" día lejos de Él.

7. Tu paz con Dios no se basa en tus sentimientos, porque Romanos 5:1 dice: "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo". Por tanto, estoy en paz con Dios, aunque mis sentimientos o mis circunstancias no estén aún de acuerdo o me traten de engañar y decirme lo contrario. No andamos por la vista sino por la fe.

8. Aunque se sientan muy reales, los pensamientos intrusivos, las imágenes indeseadas o las palabras con contenido desagradable que han venido a mí, nada dicen de mí, porque el hecho de que me disgustan, me desagradan y me dan asco prueban que no vienen de mí, sino de fuera. Cristo ya ha limpiado mi espíritu y ya ha pagado mis pecados pasados, presentes y futuros, y nada ni nadie podrá separarme de su amor, y nadie podrá quitarme de su mano. 

9. El objetivo de los pensamientos indeseados es dejarme en shock y asustarme para que yo los trate de suprimir o "arreglarlos". Mi objetivo no es pelear contra ellos, sino identificarlos como pensamientos intrusivos indeseados ajenos a mi voluntad, dejarlos de lado, y seguir con mi vida en Cristo, sabiendo que Él pelea mi batalla.

10. Cristo es misericordioso y fiel para hacer propiciación por los pecados de su pueblo, "Porque en cuanto Él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados "(Hebreos 2:18).

11. Al estresarme, preocuparme, ponerme ansioso, pensar demasiado en las cosas malas que he hecho o hacer ciertos ritos espirituales para tratar de pelear, controlar o suprimir los pensamientos o los errores que he cometido, es probable que me sienta más débil y frágil. Pero al dejarlo todo en las manos de Cristo y creer y confiar que Él ha perdonado mis pecados y errores pasados, presentes y futuros, puedo caminar en victoria sabiendo que su sangre me ha limpiado desde la eternidad hasta la eternidad, que por su sangre tengo entrada al reino de los cielos y el llamamiento de Dios es irrevocable. Su sacrificio para quienes le hemos recibido y reconocido ya es suficiente (ya está hecho todo, la salvación ya está completa en Él) y nada de lo que yo haga o deje de hacer puede "acompletar" o "añadir" a lo que Él ya hizo. 

12. Me rehúso a estar pensando o ahondando en los errores antiguos o en los pecados antiguos que cometí, porque si yo ya me arrepentí y los confesé todos ante Dios, y Él ya no se acuerda de ellos, sino que los ha lanzado al fondo del mar (Miqueas 7:19), ¿quién soy yo para traerlos de nuevo a memoria? No vale la pena torturarme con ellos.   

13. Los pensamientos malos que me han molestado no son y nunca han sido míos, porque yo siempre he querido que desaparezcan y mi voluntad está en contra de ellos. 

14. Mi objetivo es vivir en el momento presente para la gloria de Dios y en el amor de Dios, haciendo uso de los talentos que Él me dio y haciendo las cosas que necesito estar haciendo en el lugar, la escuela, y la ciudad done Él me ha puesto para vivir. No tengo tiempo de temer o pensar más de lo necesario en la incertidumbre.

15. Cristo tiene todo el poder para redimirme de mi pasado, puedo despertar cada día sabiendo que Él ha planeado para mí cosas buenas, porque su voluntad es buena agradable y perfecta, y puedo dejar de lado los miedos del pasado, los miedos al presente o al futuro, y vivir la vida confiadamente sabiendo que puedo ser guiado plenamente  por su amor, que Él es mi Salvador, mi Redentor, mi Sustentador, mi Refugio, mi Sanador, mi Pastor y mi Fortaleza y el que levanta mi cabeza en todo tiempo. Cualquier pensamiento que no se alinea a esta verdad o que me quiera quitar mi gozo en el Señor puede ser, por aprobación de Dios, ignorado y dejado de lado. Dios pelea por mí. Si Dios está conmigo, ¿quién contra mí? La batalla no es mía sino del Señor. Puedo alzar mi voz a Él y gozarme en Él sabiendo que Él pelea por mí y declarándole mi confianza de que así es.  

16. Pediré a Dios entendimiento sobre las partes de la Biblia que no entienda, y descansaré en la certeza de que Él me dará las respuestas que necesite para estar tranquilo como Él lo promete.

El famoso pastor George Whitefield en su sermón "Satan, Sin and Uncontrollable Blasphemous Thoughts" también confesó: "No pienses que Dios está enojado contigo por esos pensamientos distractores, aunque siempre sean tan blasfemos: No; Él sabe que no eres tú, sino Satanás molestandote; y por lo tanto, aunque Dios ciertamente lo castigará a él; sin embargo, Él te tendrá compasión y te recompensará a ti. Y aunque es difícil hacerles creer a las personas en circunstancias como las tuyas lo siguiente, sin importar eso, no dudo de que eres más aceptable para Dios cuando realizas tus deberes santos en medio de tales distracciones involuntarias, que cuando estás envuelto por la devoción, por así decirlo, en el tercer cielo; porque cuando llegan esos pensamientos no deseados, sufres, y estás haciendo la voluntad de Dios".

Podemos recordar las palabras que nos dicen: 

"...en aquello en que sois calumniados, sean avergonzados los que difaman vuestra buena conducta en Cristo. 17 Pues es mejor padecer por hacer el bien, si así es la voluntad de Dios, que por hacer el mal. 18Porque también Cristo murió por los pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, muerto en la carne pero vivificado en el espíritu" (1 Pedro 3:17).

"Sed de espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar. 9 Pero resistidle firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo" (1 Pedro 5:9).


Fuentes de información / Interés

https://www.gotquestions.org/Espanol/pensamientos-inoportunos.html

Coping Statements For Christians With OCD and Scrupulosity
https://www.accounseling.org/coping-statements-for-christians-with-ocd-scrupulosity/

Trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/obsessive-compulsive-disorder/symptoms-causes/syc-20354432

OCD & CHRISTIANITY
https://ocdandchristianity.com/?p=235

https://www.ocduk.org/ocd/history-of-ocd/martin-luther/

http://www.net-burst.net/guilty/blasphemous-thoughts-testimony.htm

https://freedomfromtorment.blogspot.com/2006/06/testimony-about-unforgivable-sin-by.html

https://flowpsychology.com/ocd-blasphemous-thoughts/

Walking on Water When You Feel Like You're Drowning: Finding Hope in Life's . Por Tommy Nelson, Steve Leavitt